ColumnasEstatal

PEREGRINOS

POR: JOSÉ MUÑOZ COTA

(In Memoriam)

 

Infinidad de noches 

pidió posada 

el viajero y su soledad.

 

A mí también me dolieron los pies 

de ir empujando sombras, 

de ir buscando un alero.

 

En el espejo de los hoteles 

se reflejó el cansancio; 

era un cansancio triste, 

un cansancio de siglos. 

Mis manos sangraban con los cardos 

y mis pies pesaban como piedras.

 

Al fin,

Después de tantos siglos, 

tú me has dado posada. 

Has prendido las luces, 

pusiste los manteles 

y me ofreciste pan y vino. 

Lavaste mis palabras, 

derramaste sobre ellas tu amistad.

Ya no seré más peregrino. 

Me siento, bebo café, leemos, 

Hablamos, hablamos, hablamos. 

Mis caminos los guardé en el recuerdo.

Comparte si te ha gustado