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LA TRAMPA DE LA MEMORIA

POR: JOSÉ MUÑOZ COTA (✟)

(In Memoriam)

Hermosa y certera esta frase de Mishima: La memoria es un espejo de fantasmas.

No sólo fantasmas, a veces el diablo deja entrever la cola. Lo serio es que no existe la certeza del pasado. Se van borrando las figuras, se esconden las voces, y la conducta se vuelve de humo. La memoria es como las esculturas de humo que modelaba aceleradamente el artista, en el cuento de Papini

No juraría, por miedo a jurar en vano, que existió realmente Lucina, la mujer que descendió del barco de una nube en el Café de Chinos: fumadora de tangos: danzarina de callejas sin nombre.

La memoria es una alcancía llena de agujeros y por ellos, quien sabe cuándo y dónde se van resbalando los hechos acumulados de una existencia.

Es triste alcanzar la vejez sin ningún tesoro, con la alcancía seca, vacía de monedas.

¡Hay escasas certezas que recordar y que se mantienen indelebles en la memoria!

A lo mejor no ha vivido uno nunca. A lo mejor no vive ahora y se piensa vivir.

Es la tela de araña que tejen tupidamente los días ya cumplidos. Es la trampa del tiempo.

No recordar el pasado; no recordar lo que se hizo hace unas horas. No recordar nada y estar en disponibilidad para que lo emplee a uno, un ser desocupado, al capricho de las circunstancias.

Digo circunstancias por amor a la libertad; me duelo cuando digo destino.

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