CUANDO YA NI LOS PAJAROS SON LIBRES
2ª PARTE
POR: JOSÉ MUÑOZ COTA
(In Memoriam)
Los pájaros acróbatas que olvidaron volar.
Los picos de cristal que olvidaron cantar.
Los pájaros con máscaras que olvidaron llorar,
que sólo sienten miedo, un miedo universal. . .
Colgados del vacío, de la nada, juguetes de cartón,
cruces falsificadas, poemas sin canción,
los pájaros sin sueños, sin ojos y sin alas,
uno siente, presiente, que vuelan torpemente
por miedo a marchitarse.
Para sembrar, el hombre no deja la semilla solamente;
es que deja en el surco su corazón semilla;
pero ahora está el hombre sembrando sus angustias
por miedo que la espada de otros hombres
le corte las espigas prematuras.
La madre sufre sola pensando que en su vientre germinen las espadas…
¿Por qué razón su sangre con veleros de amor
ha de albergar piratas mascarones de muerte?
Estas manitas tiernas nacidas en caricia.
¿Y por qué la violencia ha de impedir al hombre
seguir viviendo niño al lado de la madre?
A veces son dos hombres a mitad del sendero.
Antes de saludarse gritan la contraseña de sus dogmas.
Los pájaros les miran las caras de puñales.
Si los hombres rehuyen estrecharse las manos,
no se ven a los ojos por temor al espanto.
¿Hasta cuándo, -¡El tiempo habrá de ser!
ay, hasta cuándo destruiremos las rejas y las púas del odio
para que vuelen libres, otra vez, estos pájaros?
ay, hasta cuándo, el albañil hermano
no ascenderá ladrillos para construir prisiones?
Será cuando los árboles abrirán sus ventanas
para que entren los pájaros a su festín de trinos. . .
El hombre bondadoso, con su bondad gratuita,
libre su corazón, que escape por los ojos como pájaro libre…
Sucede que los hombres, su corazón labriego,
no construirán prisiones, ni alambradas,
ni púas, ni fusiles, ni espadas…
Con su escolta de pájaros, qué mejor compañero,
irán por los caminos saludando al que pasa:
¡Buenos días, buen hombre!