TU CALLE SIEMPRE
POR: TEODORO COUTTOLENC
¡Qué opacas van las horas!
ya no son como aquellas
plenas de luz y aromas
de cuando me esperabas,
cuando yo te buscaba
frenando mi pasión.
Qué triste está tu calle,
sus tapias, sus banquetas
y sus antiguas tiendas.
Desde que te marchaste
Se enjutaron las flores y no levanta el sol.
Sólo yo no he cambiado.
Pasaré por tu calle, repasaré por ella
y en la hora de las citas
reviviré tu amor.
Como en aquellas tardes
en que atrapé tu imagen
para mi corazón,
en esa hora precisa
susurraré tus besos,
cantaré tu sonrisa,
repicaré tu voz…