SOBRE LA POESÍA.
Por: Teodoro Couttolenc Molina
La poesía amorosa requiere, desde mi punto de vista, un sentimiento profundo y sincero. Solamente una pasión que excite el espíritu nos vuelve capaces de escribir y decir cosas que a otros les podrán gustar. Tal es la poesía para mí. Y lo mismo puede ser poeta un ignorante aislado en su marginación, un campesino que goza de su trabajo y de sus amores físicos, un burócrata, un político, que un humano con la más exquisita y refinada ilustración.
No estoy en contra de quienes trabajan como poetas. Los respeto y los admiro sobremanera. Mi creencia sincera es que la poesía es una conexión del humano con la sensibilidad del ser interno que puede abarcar, comprender y, sobre todo, expresar a cabalidad las manifestaciones de la Creación.
Después de todo, una cosa es el minuto de escribir la poesía y otra los momentos posteriores, donde queda el texto como testigo del instante en que la creación literaria hizo su presa del iluminado que lo escribió y que desde ese instante es simplemente un poeta, lo quieran o no los demás.