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VOCACIÓN

Por: José Muñoz Cota

(In Memoriam)

La miga de la vida está en el acierto del oficio que se emprende. El carpintero es feliz. Goza el diálogo con el santo olor de la madera de los árboles. Así los bosques lo acompañan.

El zapatero uniforma las pisadas cuando estas exploran lejanías.

Cada quien lleva consigo el rostro del oficio que los condiciona; ¿pero yo, pero tú, pero nosotros, somos conocidos, amigos o enemigos del trabajo habitual de las manos?

Yo hubiera sido alfarero de palabras; campanero de nubes, herrero de relámpagos.

Aprendiz, compañero, maestro, marimbero de bosques y de árboles…

Pero nadie me enseño el oficio de ser y sólo aprendí de memoria el verso de Rossetti: “Pude haber sido”

De codos en el crepúsculo, coleccionista de crepúsculos, atisbo, indagando, cuál de éstos será último, el que cierre mis ojos.

No es el crepúsculo apacible, ni tierno. Es un jaguar sediento acosado por las sombras.

Mañana será el alba, quizá el alba extraña.

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