¡VIVE LA ESPERANZA!
POR: TEODORO COUTTOLENC
Remotos recuerdos
De la infancia ida,
De los animales,
La tierra cobriza,
Los grandes frutales,
Los árboles secos;
Patio de la casa
Grande, solariega
Donde todavía
Los tíos vivían.
Sol esplendoroso
Que mi vista invade
Y me llena el cuerpo
De calor salobre,
Todo delicioso
Como pepitoria,
Como caldo largo
De pescado bueno,
Con una cerveza
Espumante y fresca.
Estación inmensa
Que al candil se ensombra,
Parada sencilla
De ferrocarriles
Vigorosos, rápidos,
Llenos con semillas
Y también panelas.
Todo se ha perdido,
Son vagones yertos
Que ya nada llevan.
¿a dónde se fueron
Sus figuras netas?
Son las realidades
Que están agotadas;
Viven, cual fantasmas
Que visitan mi alma,
Sólo en la añoranza.
Pero algo me grita:
“no están acabadas,
¡vive la esperanza!”