TUVE UNA SOLEDAD.
POR: JOSÉ MUÑOZ COTA
(In Memoriam)
Tuve una soledad. ¿Es que la tuve?
pero es que los fantasmas no respiran
donde respira un niño.
Con esta soledad ya disecada,
clavada en una mancha sin alivio
como esas mariposas detenidas de junio
por la mano de un niño.
Como árbol era mi abuela.
Bien pudieron los pájaros
en su voz anidarse.
Fué de contarme cuentos
que su voz era de humo,
pero de un humo dulce
que no castiga al tiempo.
Vestía sus enaguas
castas, almidonadas
y cuando caminaba
huían los fantasmas.