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Calaveras de Época Nuevo Milenio 2023

Época Nuevo Milenio

 

No me lo tomes a mal,

no anunciamos ningún sismo,

siendo muy profesional,

un hombre del periodismo.

 

Siempre siguiendo buen curso,

te lo digo de a deveras,

no hace falta hacer “concurso”,

pa’ tus buenas “calaveras”.

 

No necesita de aval

quien escribe muy correcto,

siempre un hombre muy cabal,

ese es mi amigo Roberto.

 

Me despido sin enredos

con un florero de lirias,

ya morirán los “remedos”

y se morirán de envidias.

 

No tenemos mucha prisa,

seguiremos siendo mejores

y que se mueran de risa,

pos’ nuestros buenos lectores.

 


Día de Calaveras

 

Hoy me voy a divertir,

con lectores todos juntos,

haciendo a todos morir

y hasta los fieles difuntos.

 

Ahora me voy a vestir,

ya plancharon mi camisa,

también me siento morir,

pero me muero de risa.

 

Si no te encuentras aquí

en “Calavera” y “Pelón”,

estas muerto, eso sí

y búscate en el panteón.

 

Risas de muchos contrastes

y que no les haga daño,

y si tú no te encontrastes

espérate al otro año.

 

Me encomiendo a Diosa Isis

y también a las mil Hadas,

para mitigar la crisis,

me muero de carcajadas.


A los Puesto en Banquetas.

 

Van a limpiar las banquetas,

ya no cobrarán impuestos,

oyeron nuestras protestas,

quitarán todos los “puestos”.

 

Ya podremos caminar

y los niños con carriolas,

ya no nos van a estorbar

y no nos haremos “bolas”.

 

Pero hay uno que otro necio,

¿dónde van a trabajar?

dijo el señor de comercio,

¿también los van a enterrar?

 

Ya hicieron su testamento,

pero no hay donde las metas,

sólo que el ayuntamiento

que contrate algunos zetas.


AL Lic. Andrés Manuel López Obrador

 

Lucharon con gran pación,

lo siguieron mucha gente,

junto con su coalición,

el “Fantasma Presidente”

 

Se hizo de una gran fama,

sin enseñar pues, sus “cobres”,

y que con toda su gana

solo ayudaría los pobres.

 

Todo diciéndolo a gritos,

que era poco lo que gana,

les sacaron sus trapitos,

pues se lleva mucha lana.

 

Ya lo quieren enterrar,

ya le encontraron el lado,

y lo quieren amarrar,

junto con Dante Delgado.

 

Le vieron su “flaco lado”,

descubierto como “fiasco”,

se muere bien “chamuscado”,

encerrado en su tabasco.

 


A los Agentes de Tránsito

 

Por el caos vehicular,

tantos carros mal parados,

no podemos caminar,

andamos malhumorados.

 

No encontramos las salidas,

lo dice ya mucha gente,

sólo buscan las “mordidas”,

ya no sirven los agentes.

 

No se respeta la ley,

lo apunta muy bien Don Bruno,

porque todos se hacen “buey”

les vale el uno por uno.

 

Se volvieron embusteros,

ya no los vemos como antes,

que estaban en sus cruceros,

vestidos muy galantes.

 

Parece que están “moridos”,

por las fiestas de noviembre,

reencarnarán bien “lucidos”,

el 22 de noviembre.


 

DESPACHO DE ABOGADOS

Lic. Juan Carlos Castro Carrillo.

 

Un joven abogado,

feliz en su oficina,

casas y edificios embargaba,

tanto tiempo y empeño dedicaba.

Que la calaca en forma repentina,

se lo llevó a su mansión divina,

feliz en su nueva condición,

embarga ahora monumentos

para los habitantes friolentos

que moran en el panteón.

 

Lic. Silvestre Tejeda Reyes.

 

En la ciudad de Huatusco

Silvestre el abogado

hacía demandas laborales

dando clases magistrales

con afanoso esmero.

En eso llegó la calaca

y le dijo mira güero

de ejemplos como tú quiero

allá en el mundo que domino

para que trabajes con gusto canino.

Y sin decir nada más

se lo llevó al chaz chaz

ahora silvestre disfruta su trabajo

en ese mundo umbrío

que se encuentra allá abajo

donde todo está frío.

 

Lic. Jesús Ignacio Portilla Dávila.

 

Jesús Ignacio litigaba con ahínco

cumpliendo su deber como abogado

en eso la parca en un brinco

la letra “B” cambió por una “H” muda

y se fue riendo la huesuda.

Hoy El joven es un ahogado

que no necesita litigar tanto

ya sin tanta presión el mencionado

descansa por fin en el camposanto.

Lic. Gaspar Ignacio Portilla García.

 

Un licenciado de nombre Nacho,

redactaba una apelación sinuosa,

cuando vio que a su despacho,

entró la huesuda sigilosa.

Preso de pánico empezó a correr,

a gemir y a gritar con gran descaro

¡Jueces un amparo! ¡solicito un amparo!

la calaca entonces sin entender

se lo llevó de un fulminante paro.

Hoy el abogado lleno de espanto

litiga sus asuntos en el camposanto.


 

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