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ROSTROS

POR: JOSÉ MUÑOZ COTA (✟)

(In Memoriam)

Rostros por aquí, rostros por allá. Sale uno a la calle y llueven rostros.

Pero rostros vemos y máscaras no sabemos. Detrás de cada rostro está el diablo que nos espía y nos acecha.

También dentro de la casa los rostros nos persiguen. ¡Cómo recuerdo al pintor Juan José Segura! – ¿en dónde estará su obra? -que acostumbraba pintar sus retratos sin rostro, sin cara. Y sin embargo jamás se dio la confusión y el espectador sabía de quien se trataba.

Sin embargo, los aztecas pensaban que el rostro -este término- era el equivalente exacto al alma. Así, dicen que los filósofos y los maestros ponen el espejo delante del rostro de los alumnos para que éstos se conozcan y normen su conducta.

Hay que cuidar el rostro con un escrúpulo moralista no sólo con vocación estética.

Rilke -al revés- juzga que los rostros se envejecen, se arrugan, se cuelgan lamentablemente

Podríamos aspirar a cambiar de rostro un día a la semana. Digamos los sábados, siquiera para que el resto de los días anduviéramos con rostro nuevo.

Ahora que andamos rondando el calendario en busca de otro año, sería excelente modificar el protocolo de las felicitaciones. He mandado imprimir unas tarjetas para 1986 que dicen: ¡Feliz rostro nuevo!

Ojalá y tengan éxito y hagamos el propósito de enviar el nuestro a un taller de reparaciones.

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