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PAUSA Y MEDIA

POR: JOSÉ MUÑOZ COTA

(In Memoriam)

Durante ochenta y cinco años he fumado la pipa del horizonte. Barcos y montañas, albas, abismos y valles monásticos.

Ahora, enclaustrado, mi lengua quisiera ingresar a la Orden de los Trapenses.

Ser el orador que pronuncie la homilía de los mutismos. La lengua quieta, muda, sin ecos indiscretos. Padre. Y esto sería integro el sermón y la plegaria.

¿Para qué permitir que el corazón del creyente se desgaste en ruidos?

Hablarán las manos. Rezarán los ojos. Se arrodillará la fe.

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