MONTAÑAS DE MÉXICO
Por: Teodoro Couttolenc Molina
Cuando las contemplo,
Montañas de México,
Admiro su belleza
Y el sol remarca la grandeza
De los acantilados
Donde imponentes águilas
Reales sus presas capturan
Y con alas poderosas,
Audaces y fantásticas,
Vuelan a su evolución
Inexorable, la última aventura
De su maravillosa
Regeneración.
Colosales atalayas
De titánicas batallas
Que emprendieron los aztecas
Contra el conquistador;
Tal, la guerra
Que ante sus dioses mudos
Acaudilló Cuauhtémoc,
Paladín eterno,
Centinela impoluto
Del crisol que fragua
La mexicanidad.
Espectadoras silentes
Del usurpar ominoso
Sobre el territorio
Nacional; sólo el temple
Del benemérito
Lo devolvió
A la plebe;
Él derrotó
Al ejército
Zuavo,
Separó iglesia y Estado
Y ordenó pasar por las armas
A Maximiliano.
(ENVÍO):
Peña del cofre de perote,
Cuando te miro
Desde tu banda oriental,
Me pienso niño
Jugando al rebote
Con las pelotas
Que guarda en el desván.
0O0O0O0O
Cordilleras gloriosas,
Han sido
Fiel testigo
De la historia
De amerindios
Que a mentes ambiciosas
Ocultaron sus tesoros
En medio de una gran euforia;
No se apegaron al oro,
Guardaron cacao tan sólo
Y conservaron su honra.
Las estrellas
En el cielo alertas,
Con su titilar
Las virtudes musitan
De grandes penachos,
De hondas y flechas;
Cantan el arrojo
De figuras fieras
Con ichcahuipilli, que a valor sostienen
La histórica casta
De mexicas humildes y fuertes,
¡Una raza impávida!
Me engrandece
La blancura de las nieves
Que las coronan
Y desbordan;
Allí exhalan
De la patria
Los colores:
El verde de sus montañas,
Lo níveo de sus laderas
Y la sangre de los héroes
En cada hoja salpicada.