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LAS DUNAS

POR: TEODORO COUTTOLENC

 

El viento amontona

arena en las dunas,

las husmea

y su polvo levanta…

Para alcanzarlas

el mar empuja

sus burbujas.

 

(Sobre la espuma

de las olas, en la playa

de La Niña del Golfo

de la mano

te llevaba).

 

Al esplendente

sol del mediodía

la arena se restriega

en los ojos e impía

los escalda.

 

(En la playa

de la Niña Chachalacas,

cuando recién nombrada,

ardiente de pasión

te recostabas).

 

El embate del mar

ensordece

con marea y resaca

desde que amanece.

 

De pie ante el alba,

frente a la mar y el viento,

tu inagotable alma

me reduce

a tu dulzura

y me envía, inaudible,

la pregunta:

“¿Alguna vez volveremos a amarnos?”

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