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LA EDAD.

POR: TEODORO COUTTOLENC MOLINA

Cuando la edad nos tiembla en las piernas y todos los polvos se sacuden los pies…  Los ancianos empiezan a olvidar todo lo cercano y a recordar lo más distante. La naturaleza, instrumento del Creador, los prepara así para el Gran Olvido, porque habrán de llegar al lugar del justo juicio. Esa es la acción de lo que denominamos conciencia y lo asumirán para sus futuras vidas. No la continuación de sus vidas aquí, sino las futuras vidas en otro plano dimensional. Allí, ellos mismos verán su vida y la enjuiciarán sin pasiones. La calificarán y dirán cuál es el Karma que le corresponde a cada quien.

Los antiguos y los ancianos de hoy, refieren que el hombre siempre emitió sus mensajes más trascendentales en palabras simples, sin rebuscamientos, accesibles a todos los cerebros de todos los niveles culturales, idiomáticos, raciales, etc. Los ignorantes de hoy utilizan palabras recientemente acuñadas, formadas por raíces antiguas mezcladas con tintes tecnológicos, médicos, científicos, todo para que parezcan muy cultos y que sus palabras sean novedosas y no de las que usa el vulgo. Para ellos es sumamente fino el lenguaje entre más se aleje del pueblo común, del “vulgo”.

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