JAROCHA BAILANDO DANZÓN
POR: TEODORO COUTTOLENC MOLINA
(In Memoriam)
Emocionado te miro: con tus zapatos raídos
bailas sabroso el danzón en plaza de armas, de noche,
y es tu pareja un jarocho en muy maldicho y decidor.
¡Cómo se cimbra tu talle, morena de mis afanes!
¡Cuánto tu algazara suave hechiza a la concurrencia
con tu juncal excelencia digna del son y el jarabe!
La danzonera enardece a todos los bailadores
que ante el público se crecen y con la risa en los labios
trazan giros superiores y urden sus mejores pasos.
Lindo los ancianos bailan los habaneros danzones
que nos trajeran Renté y otros cubanos zumbones.
Porque el danzón es la fe de quien disfruta las galas
de la zalamera plebe.
Se halla la vida en el baile, con él se olvidan las penas,
los desengaños aleves o del amor los desaires
que suelen dar las morenas…