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EL SANTO OFICIO DE LA CRÍTICA

Por: José Muñoz Cota

(In Memoriam)

Conocí a un crítico literario que con mirar las pastas de un libro y espigarlo descuidadamente, ya era capaz de dictar su sentencia; consagraba o enviaba al averno a los escritores, sobre todo a los noveles. La crítica tuvo con él el valor del brazo armado del fanatismo; alimentaba las hogueras con voluptuoso fervor.

No es esa la misión de la crítica. Se supone que orienta, corrige, descubre senderos. Aunque Charles Du Bos, le confiere otras tareas de más alta jerarquía: “La mayor parte de los críticos, de más está decirlo, no inventan nada, a lo sumo defienden su originalidad razonando los motivos de su oposición o de su aplauso ante los objetos que contemplan. Otros eluden por las vías de la digresión ilustrativa la necesidad de expedirse en términos netos. Solamente los críticos más excepcionales, los más valiosos y los más admirables, consuman el trabajo de inventar interpretaciones multiplicativas o formas nuevas -pues formas son interpretaciones-, en el dominio mismo de los hallazgos ya creados. Estos son los críticos que dignifican las obras; su tarea no cesa de llamarnos la atención sobre los dibujos que no vemos”.

El crítico -murmuran sus detractores- es un artista fracasado; la crítica no tiene importancia, no ayuda a nadie, no crea. Con razón, los griegos, creadores de la cultura, no tuvieron críticos

Los juicios en contra son malévolos y mal emplazados. No necesariamente un crítico es artista que ha frustrado su porvenir; más bien, el crítico obedece a una vocación particular y, por lo que hace a Grecia, Oscar Wilde se adelantó a recordarnos: –
“Mi querido Ernesto, aunque no nos hubiera llegado ni un solo fragmento de crítica de arte de los tiempos helénicos o helenísticos, no sería menos cierto que los griegos eran una nación de críticos de arte y que inventaron la crítica de arte tal como inventaron la crítica de todo lo demás. Porque, después de todo, esa es nuestra principal deuda con los griegos ” (84).

El crítico crea al verificar su crítica; amplia, glosa, recrea. No es el dador de valores: bueno o malo o regular; sino el descubridor de ellos y el impulso para puntos de vista originales.

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