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DICIEMBRE

POR: JOSÉ MUÑOZ COTA

(In Memoriam)

En el mes de diciembre el alma se ablanda, se endulza; demasiado azucarada.

Es el mes de los arrepentimientos y de los propósitos beatíficos. Del árbol de Navidad cuelgan esferitas a colores, pero también el recuerdo de los familiares que ya no están.

Verde el árbol y azules las nostalgias.

Se resiente la nostalgia de Dios. Siente uno la necesidad de releer les Evangelios.

Jesús, nombre que al ser pronunciado tiene un sabor a pastilla de menta.

La filosofía del amor. Jesús dijo: “no vengo a romper la ley sino a cumplirla”; pero la diferencia entre Jehová de los ejércitos y Dios padre, radica en que el cristianismo señala una filosofía de amor y de perdón.

Todo el cristianismo está sintetizado en la parábola del Hijo Pródigo.

“Hay más gozo por un arrepentido que por 99 justos que no tienen de qué arrepentirse”.

Es la filosofía del perdón y no la del castigo. Estas menudas reflexiones pueden llevarnos lejos: El Día del Juicio Final es incompatible con el amor que y hace fiesta, con manteles nuevos, al Hijo que regresa.

¿Quién apuntó la tesis de que el Diablo será perdonado?

Creo que fue Papini; pero no estoy completamente seguro de ello. Bernard Shaw ironizó a los cristianos que buscan a Dios los domingos y lo pierden, ex profeso, a partir del lunes.

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