¿Cómo elegir los tenis escolares adecuados?
Elegir las zapatillas escolares o tenis escolares no es solo una cuestión estética ni un simple requisito en la lista de material para la vuelta al colegio. Es una decisión que impacta directamente en cómo los niños caminan, corren, saltan y juegan cada día. Un calzado adecuado ayuda a prevenir rozaduras, mejora la estabilidad y acompaña el desarrollo natural del pie, mientras que uno inadecuado puede causar malas posturas, tropiezos y molestias que desmotivan la actividad física.
Al elegir zapatillas escolares, lo ideal es buscar un equilibrio entre salud, comodidad y durabilidad: materiales transpirables, suela flexible, ajuste seguro y talla correcta para el crecimiento. Esto se traduce en mayor motivación para moverse, mejor desempeño en Educación Física y, sobre todo, bienestar durante todo el curso.

Importancia de un buen calzado escolar
Durante la infancia y la primaria, los pies cambian rápidamente y necesitan libertad para desarrollarse correctamente. Un buen calzado escolar proporciona estabilidad sin restringir la movilidad, ayuda a mantener la alineación de tobillo-rodilla-cadera y previene sobrecargas.
Expertos en pediatría y podología recomiendan que las zapatillas tengan:
- Suela flexible y antideslizante.
- Poco o ningún tacón.
- Ligereza y libertad de movimiento para el tobillo.
Estas características favorecen el desarrollo motor, el equilibrio y la coordinación, esenciales tanto en el juego libre como en las clases de Educación Física, donde se alternan carreras, saltos, frenadas y cambios de dirección de manera constante.
Características clave de unas buenas zapatillas escolares
- Amortiguación: La mediasuela debe absorber impactos sin generar inestabilidad. En la infancia, lo recomendable es una amortiguación moderada que proteja sin impedir el movimiento natural del pie. El confort debe mantenerse durante varias horas de uso, no solo al probárselas.
- Flexibilidad: La suela debe ser flexible en la zona de los dedos para permitir un despegue natural en cada paso. Evita suelas que se doblen por la mitad, ya que restringen el movimiento y afectan la técnica de carrera. Una suela de caucho de calidad con dibujo multidireccional mejora la tracción en patios y gimnasios.
- Transpirabilidad: Los materiales transpirables reducen la humedad, el mal olor y las rozaduras. Se recomiendan mallas técnicas o tejidos naturales, así como materiales blandos y flexibles que no limiten la función del pie. Una buena ventilación garantiza comodidad durante todo el día.
- Forma: Para niños sin problemas clínicos, el soporte debe ser neutro, con contrafuerte del talón que aporte sujeción suave. Plantillas o soportes específicos solo se usan si un especialista lo indica. La punta ancha (“toe box”) permite que los dedos se abran, mejora la estabilidad y evita presiones innecesarias o uñas encarnadas.
Cierre: velcro o cordones
El sistema de cierre influye en la autonomía del niño.
- Infantil y primer ciclo de primaria: el velcro facilita que los niños se pongan y quiten las zapatillas solos, ajusta uniformemente y agiliza entradas y salidas.
- A partir de 8-9 años: los cordones permiten un ajuste más preciso en el mediopié y estabilidad lateral para cambios de dirección.
- Sistemas mixtos: combinaciones de cordones elásticos y velcro superior pueden ser útiles en niños muy activos, uniendo rapidez y fijación.
La elección depende de la madurez motora del niño y de los hábitos del colegio. Si el tiempo de vestuario es limitado, el velcro sigue siendo práctico incluso en cursos superiores. Por ello, marcas reconocidas como Impuls y los modelos de tenis Nautica resultan ideales para combinar comodidad, durabilidad y estilo.



 
